Temía estar sola,
hasta que aprendí a quererme a mi misma.
Temía fracasar,
hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí,
hasta que me di cuenta de que de todos modos
opinarían de mi.
Temía al dolor,
hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad,
hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte,
hasta que aprendí que tuve que sentirla cerca para entenderla.
Temía al ridículo,
hasta que aprendí a reírme de mi misma.
Temía hacerme vieja,
hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado,
hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a ser yo misma,
hasta que aprendí que como yo, solo hay una.
hasta que aprendí a quererme a mi misma.
Temía fracasar,
hasta que me di cuenta que únicamente fracaso si no lo intento.
Temía lo que la gente opinara de mí,
hasta que me di cuenta de que de todos modos
opinarían de mi.
Temía al dolor,
hasta que aprendí que éste es necesario para crecer.
Temía a la verdad,
hasta que descubrí la fealdad de las mentiras.
Temía a la muerte,
hasta que aprendí que tuve que sentirla cerca para entenderla.
Temía al ridículo,
hasta que aprendí a reírme de mi misma.
Temía hacerme vieja,
hasta que comprendí que ganaba sabiduría día a día.
Temía al pasado,
hasta que comprendí que no podía herirme más.
Temía a ser yo misma,
hasta que aprendí que como yo, solo hay una.