Acá estoy, con veintiseis años, teniendo que hacer de todo aún para emerger a la superficie. Estoy acá adentro, encerrada desde hace años, aburrida, sin nada que hacer más que sentir lástima por mi misma, y por ti.
Tu, que eres quien podría hacer que mi vida “cobre vida”, te la pasaste rechazándome y, al mismo tiempo, sufriendo por mi ausencia. Si me hubieras permitido ser parte de tu vida, las cosas hubieran sido diferentes, pero no pudiste hacer otra cosa y yo lo sé, por eso te perdono desde lo más profundo de mi corazón, que en definitiva es el tuyo.
¡ Pero se acabó !. A partir de hoy te exijo me prestes atención y me escuches.
Quiero que juguemos, que nos divirtamos, quiero que nos riamos tanto que el mundo entero se tenga que detener para ver qué pasa. Quiero que entre luz en nuestras vidas, quiero hacerte sentir el sabor de cada cosa que nos rodea. Quiero que seamos libres, quiero ayudarte a pintar, a escribir, a bailar. Quiero que cantemos, que corramos sin parar. Necesito que me vean a través tuyo, que se den cuenta de mi existencia, que te pregunten a dónde fue que me habías escondido durante tanto tiempo.
Yo te pido, a ti que me llevas dentro, que confíes en mi y que me cuides. Tratá de imaginarme como si fuera una niña de verdad que necesita muchos cuidados de tu parte. Te pido que me acaricies, pero en vez de acariciarme con tus manos, tenés que hacerlo despertando en mi aquellas sensaciones y sentimientos que han permanecido olvidados. Tienes que saber que ellos al rozarme me inspiran, me hacen cosquillas y hacen también que me ponga en movimiento. Mi alimento son tus ideas, tus pensamientos. Ellos me dan fuerza y energía, y mientras más nutritivos son más intensa es mi intención y mi dirección. Necesito bañarme, y mi agua son tus lágrimas, pero esas que nacen en lo más profundo, justo ahí donde estoy yo. Esas lágrimas que limpian, que dejan a su paso un aroma puro y fresco. Necesitamos, también, encontrar a aquella persona cuyo niño interior esté ansioso por salir, por manifestase; necesito con quien jugar, es decir, tu necesitas con quien jugar.
Entonces, te hablo a ti, que aún sin saberlo me llevas dentro.
Te hablo a ti, que notaste mi ausencia una y otra vez.
Que me buscaste en otros, inútilmente.
A ti, que me lloraste tantas veces.
¡ Acá estoy ! .
Te invito a que me ayudes a salir, a que me abraces con fuerza y cuides de mí, muy pronto te cuidaré yo a ti. Te estoy esperando, tengo un mundo maravilloso para ofrecerte. Un mundo que te pertenece, que es tuyo desde siempre. Dejáme mostrarte el camino para llegar hasta él.
Acá estoy, esperándote, amándote, dándote fuerzas segundo a segundo. Y cuando quieras saber cómo soy, sólo buscame. Mirá hacia adentro, mira hacia afuera. Estoy en los ojos de cada niño, en sus manos, en su piel. Mirálos sonreír y me verás. Estoy en cada libro que llega a tus manos, estoy en la gente que te ama sinceramente. Estoy en una flor, estoy en el sol. Estoy en la nada y estoy en todo.
Sólo mirá, sólo pensá en mí, sienteme y ahí estaré. Sólo tienes que hablarme y yo te contestaré.
lunes, agosto 01, 2005
Carta de mi niña interior...
Espero les guste... lo encontré por ahí... entre mis tiliches... creo que sirve de algo para personitas especiales... ya saben quienes son... saludos!!!
Carta de mi niña interior
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