domingo, mayo 29, 2005

Pilas... ya sabes-quien-

¿Te "prendes" fácilmente?
¿Te has encontrado en situaciones en las cuales después de reaccionar erróneamente piensas “Trágame tierra?

A todos nos puede suceder, pero no a todos nos debe suceder continuamente, la principal razón por la que contestamos intempestivamente es el poco control que tenemos de nuestras emociones, sobre todo cuando algo nos molesta demasiado.

Situaciones difíciles se presenta siempre en el ámbito laboral, si tomamos en cuenta las diferentes personalidades de todos y cada uno de los compañeros de trabajo, es difícil imaginar días sin tensión o estrés.

Nuestras reacciones suelen ser, algunas veces, o precipitadas o tardías, en ambos casos siempre viene el arrepentimiento, sobre todo cuando lo que contestamos no fue precisamente lo que queríamos expresar.

Cuando contestamos de manera precipitada, es nuestro temperamento explosivo el que nos puede causar serios problemas en el trabajo. Si algún comentario nos afecta solemos responder de acuerdo al mecanismo de defensa al que estamos acostumbrados, es decir, no nos gusta que nos ataquen y mucho menos que nos ofendan.

De acuerdo con una encuesta realizada en 500 oficinas de empresas privadas, las personas ya conocen a aquellos compañeros que generalmente hacen comentarios o dan opiniones que pueden ser ofensivas para algunos.

Si de antemano conocemos a aquellos compañeros que suelen realizar bromas pesadas o comentarios fuera de lugar, es oportuno considerar esto antes de “explotar” y contestar de manera abrupta.

Lo mejor es por supuesto tratar de evitar a esas personas que lastiman y ofenden con cierta frecuencia, pero, llegado el caso de encontrarnos en una situación de esa naturaleza, lo mejor es pensar muy bien la mejor forma de reaccionar ante un comentario ofensivo.

Atacar nuevamente no resolverá la situación y mucho menos en el trabajo. Lo mejor es pensar detenidamente, darse tiempo para analizar y lo más importante de todo, evaluar si vale realmente la pena contestar un comentario ofensivo. En algunos casos es mejor ignorar al provocador y no permitir que nuestro temperamento nos haga hacer o decir cosas de las que posteriormente podríamos arrepentirnos.

En algunas ocasiones es prudente contar con el apoyo de un superior para tratar de tener antecedentes de este tipo de ofensas, pero si nuestra reacción inmediata es explotar y contestar inmediatamente, difícilmente lograremos el apoyo de un superior en casos posteriores.

Es mejor ser catalogado de persona prudente y sensata que de explosiva y de carácter poco controlable.

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