Recuerdo muy bien cuando Yuniesky lo conocí, tenía poco de que Manuel y yo habíamos terminado, pláticabamos de trivialidades y siempre me contaba de su experiencia que tenía que irse de misión a Uganda porque era parte de las cosas que tenía que hacer para cumplir con su deber, nunca tocabamos el tema de lo que era no poder sentir un nuevo aire hasta que un día me confeso que a el le dolía ver su nación herida, fragmentada, en polvo porque no podía hacer más que resignarse a que le toco una vida dura, recuerdo las veces en que Manuel y yo hablabamos de lo que pudiera ser una vida nueva, cuando aún añoraba tanto él como yo tener una casa creada según mis expectativas, 2 hijos fueran deseados y lo más importante que conocieran lo mucho que se hubiese esforzado su padre en mostrar porque se sentirían orgullosos siempre de él, todo tuvo un alto precio, no se concreto nuestra unión, los planes se cayeron como castillos de naipes, todavía recuerdo cuando yo me sentaba en aquel lugar a contemplar cuanta distancia nos separaba y no hablo de kilómetros hablo de ese sentir que cada ves se iba haciendo más amplia y apartada nuestra forma de hablar y decirnos las cosas, de ese gran amor que nacio por cuestiones que todavía considero insolitas, quedo solo un recuerdo y el deseo mío era de ver que esas cadenas que lo tenían preso un día pudieran romperse y poder disfrutar lo que NO conocía, yo era la primera en hacer a un lado mi mundo con tal de verlo feliz a él, mi única alegría era esa poder estar ahí cuando por fin pudiera conocer el oxigeno que tanto a él como a Yuniesky les habían quitado, hoy después de tanto tiempo los dos SON LIBRES hoy me entero de que esas cadenas se rompieron, de que esas cadenas ya no atan y hoy por fin la vida cambia tanto uno como para otro, es increible ver como puedes ver la vida desde otro punto de vista, cuando haces todo por esa persona, en el caso de Yuniesky, Annete le ayudo a encontrar ese camino un rumbo que parecía imposible, los trayectos que tenía que hacer de un lado a otro para poder encontrar aquello que parecía que NO funcionaría, hoy la vida es otra, cuando se comunico conmigo sentí que me provoco la misma alegría cuando supe que Manuel ya podía estar donde el quisiera, con quien quisiera, con muchos deseos de salir adelante, con un nuevo brío, con una esperanza que pensarón no llegaría nunca, con un hambre de satisfacciones, con un destino diferente, la unica diferencia es que Yuniesky supo que estuve ahí con el palmo a palmo enterandome con Anette de su resurgimiento y el ME LO AGRADECIO desde el fondo de su corazón, Manuel nunca quiso aparecer después de esto, a pesar de que yo igual lo ayude no para ganarme algo con el, le hice ese bien porque YO QUERÍA VERLO feliz... y eso era lo unico que me importaba...