jueves, abril 22, 2010

Entre rones habaneros y pensamientos abstractos...

Mientras disfruto un buen ron traído directamente desde Cuba con la tradicional coca cola americana, vi como se diluía el calor que hay en la ciudad en estos momentos, estamos a 24 grados, no se siente tanto, pero al menos disfruto tomar aquel ron que me traje de mi viaje pasado en Octubre, me he dado cuenta que descuide mi blog en el aspecto de frecuentar mis favoritos, ya no recibo esas constantes visitas que antes era interesante ver muchos comentarios por aquí, no se ha terminado el placer por escribir quizá hasta que me muera se terminara tal, si he tenido rachas muy malas, pero otras en las que me sumerjo en vino tinto y al menos el sabor de tal me hace recordar lo que se tiene que recordar ni más ni menos, desgraciadamente cada que recuerdo algo me doy cuenta que sin más me hice fuerte para poder enfrentarlo, he tenido que tolerar la ironía de dejar ir a quien NO quería que se fuera, las decisiones en su momento tocaron que no las asimilara, hoy después de un tiempo las he logrado entender, son esos capítulos inconclusos de mi vida en los cuales si bien he querido vivirlos eternamente, han sido capítulos cerrados por circunstancias que no quería se presentaran, Alejandro en estos días que platique con el me di cuenta cuan aterrador es poder enfrentar 2 compromisos al mismo tiempo, te das cuenta que la vida no te permite que te equivoques más de una vez y mas si se trata de comprender por qué uno actua tan deliberadamente cuando tienes la felicidad en tus manos, en esos momentos no nos cuestionamos tanto, después es cuando nos damos cuenta que todo lo bueno se termina, sin duda el ver a Alejandro hablandome de lo que ha perdido en todo este tiempo me di cuenta que su vida se paralizo por completo, el hecho de no realmente afianzar lo que había cimentado hizo que su vida actualmente no sea lo que el quería, pero el mismo fue quien debio poner un alto pero NO puso el freno a tiempo y hoy su vida realmente es tan diferente, que es cuando pienso en todo lo que ha ocurrido en mis días, perdí a personas que no quería y simplemente decidieron jugar un papel crucial en mis emociones, simplemente yo se quienes son cada uno de ellos, he querido entender a personas con las que platico a diario, analizo cada detalle y a veces quisiera poder ayudarles pero son tan aferradas a su sentir que no permiten saber el más alla de lo que sienten, pero el brillo en sus ojos lo delatan totalmente, el comportamiento es demasiado inquieto y aunque no sea yo para decirles que me digan algo, yo lo intuyo y prefiero guardarme las palabras porque aquí lo conveniente es hablar en el momento que se tenga que hablar, quizá por eso me hecho a la idea de que cuando se tienen que decir las cosas se dicen, no forzarlas a decir porque se pone entredicho miles de cuestiones, hoy recordé algunas cosas....

Si las recordé al ver la imagen que elegí para el escrito de hoy, esa película para empezar siempre que la veo o la tengo en la memoria, me sirve para darme cuenta que mi personalidad es un tanto extraña por así decirlo, ya que tengo mucho de Joel y estoy salpicada de Clementine cuando pienso en tantas cosas que me han ocurrido a lo largo de mi vida, simplemente te das cuenta que tanto sentir por esa persona puede acabar destruyendote a tal punto que con tratar de aniquilar sus recuerdos es suficiente, pero practicamente es imposible, quizá se deba a que la vida tiene tantos recuerdos como sean posibles almacenarlos, todo esto se debe a que nuestra vida es un constante recuerdo que lo editamos como este sea posible, es terriblemente claro como podemos dar tanto en un determinado tiempo y cuando acabamos con tal momento, no le damos espacio para añorarlo o tener la nostalgia perfecta para tener por quien recordar, nos mata la idea de que esa persona ya no estara pero nos hacemos los fuertes de que no es indispensable para nosotros e inclusive negamos que esa persona este en nuestros recuerdos alegando que YA NO ESTA y así nos hacemos creer ese cuento, pero al cabo del tiempo en algún punto determinado recordamos y es cuando decimos carajo y pensar que ya te había olvidado y nos damos cuenta que hemos aprendido a vivir con el recuerdo marchitado en nuestro interior, simplemente porque no queremos caer en la debilidad de tener que recordar a quienes alguna vez nuestro amor era exclusivamente para esa persona en cuestión, vemos que nos dimos por vencidos y las palabras hermosas se transformaron en palabras despreciables que no pensamos nunca en nuestra vida decir y caemos en la hermosa y palida realidad de que extrañamos aquella parte de ese camino, simplemente nos decimos que eso es nefasto, no lo aceptamos pero sabemos que ese recuerdito queda por algún resquicio de nuestras memorias o pensamientos.

El sentirlo es un competo caos, ya realmente ya no creo en los pensamientos y deseos de encontrar algo verdadero, palpable, algo que me haga vibrar, simplemente soy de esas personas que difícilmente cree que exista esa compenetración de 2 personas en un determinado momento y en un determinado instante, no quiero verme cruel, pero esto para mi es tan absurdo, tan patetico que quizá lo sentí 2 veces pero no paso a ser más que un simple espejismo o una necesidad extrema de compartir tantas historias, pero mientras que Cuba o España no supieron más alla de las fronteras atravesar coordilleras y oceanos, mejor me dedico a seguir filosofando lo que tenga por vivir, por mientras pensare en lo mucho que me ayudo que se perdiera porque gracias a ello, me siento y me considero fuerte a pesar de mis acentuadas debilidades, esto es todo.

2 comentarios:

Rodolfo N dijo...

Amiga,nunca faltas porque nunca te vas...
Siempre tu nostalgia y esa forma tan linda de narrar...
Besos!

Anónimo dijo...

Nos pasa a todos, estimada...la falta de tiempo y la irrupción de otras redes sociales le han quitado tiempo a la Blogósfera; varios se han dejado estar, pero otros tratamos de seguir luchando.

En mi caso, me terminé adaptando a recibir menos de 10 comentarios por escrito en vez de los 30 y algo que llegué a tener; el placer de escribir no se termina y es importante, si así se siente, dejar una huella.

Discrepo contigo, en parte...la vida te deja equivocarte más de una vez; ahora, si no aprendemos de esos errores es nuestra responsabilidad. Forzar procesos es válido hasta cierto punto...ya que si sobrecalentamos nuestro organismo nos termina causando daño.

Tengo recuerdos buenos y malos...los últimos los bloqueo y, los buenos que tengo, los saco a colación en algún momento para ligarlos con el presente y que no se pierda el hilo. Eso, como las personas protagonistas de esos recuerdos, podemos manejarlo en cuanto a la importancia dada pero no es un proceso inmediato ni fácil.

Tienes el pleno derecho de pensar en la inverosimiltud de que dos personas se compenetren de tal forma. Cada uno vive la vida como estima conveniente. Saludos afectuosos, de corazón.