HABLEMOS DE... - Se consideraba un adonis, un chamán sexual cuya misión era dar satisfacción a todas las mujeres James Douglas Morrison nació el 8 de diciembre de 1943 en Melbourne, Florida, en el seno de una familia de clase media convencional, cuyos miembros seguían por tradición la carrera militar. Su padre era oficial de Marina de los Estados Unidos. Pero un hecho habría de influir mucho en su vida: cuando tenía cuatro años, viajando por Nuevo México con su familia, pasaron por delante de un camión accidentado, alrededor del cual yacían varios indios muertos. Este hecho lo marcaría profundamente, pues llegaría a decir que en esa ocasión el espíritu de un chamán indio atravesó su cuerpo. Y muchos años después Ray Manzarek, tecladista de los Doors, quien estuvo muy cerca de Jim lo confirmó al decir: “Eso es lo que era Jim, un chamán, un chamán electrizante”.
La noche del debut en el Whisky A Go Go fue un desastre, nadie fue a verlos. El fracaso de esa noche los llevó a tocar en clubes de baja reputación, el dinero escaseaba y Jim se preocupaba más por las mujeres y la droga. Uno quisiera pensar que una banda como The Doors llamaría la atención inmediatamente y tendría contratos millonarios, pero encontrar una empresa que la reclutara no fue una tarea fácil, varios la rechazaron. Y sin conseguir el éxito deseado sus integrantes continuaron tocando en diferentes lugares y, como no disponían de un repertorio muy amplio, alargaban los temas que tenían con improvisaciones, mientras Jim recitaba sus versos. Las letras que hacían se caracterizaron por su descaro y sobre todo su erotismo.
En 1967, el primer disco vio la luz. “The End”, que empezaba como una canción corta sobre la historia de un amor perdido, se convertía en un número en el que Morrison expresaba el deseo de matar a su padre y acostarse con su madre. El público de entonces se impresionaba al oírlo gritar: “Padre, quiero matarte; madre, quiero follarte …”, seguido de un grito. La primera vez que tocaron esta canción en el Whisky A Go Go los echaron a patadas. Sin embargo, la FAMA se extendió rápidamente y continuaron grabando para la casa Electra, donde les habían dado la oportunidad de grabar su primer disco. Lo más sorprendente de este extravagante grupo es que consiguieron dos números 1: “Light My Fire” y “Hello, I Love You”.
Las puertas del éxito estaban completamente abiertas y el dinero entraba a raudales, los siguientes discos “Waiting For The Sun” de 1968, “The Soft Parade” de 1969 y “Morrison Hotel” de 1970 fueron duramente criticados porque de acuerdo a los expertos no tenían la misma fuerza de los anteriores. En definitiva estas producciones contienen canciones que son las más comprometidas que Morrison haya escrito, como “Five To One” (que incrimina a las viejas generaciones), “Unknow Soldier” (en contra de los desastres de Vietnam), “Wild Child” (tema personal dedicado a sus mujeres) y “The Spy” (la cual dedicó a su único amor Pamela Courson). Mas no importaba a los fanáticos si el disco era bueno o malo, lo que los llevaba a los conciertos era el descontrol y la falta de respeto a la autoridad, entonces la gente recuerda a Jim como el cantante loco que bailaba como sioux, el que se mofa de los policías, el que proclama amor, sexo, drogas y rock’n roll. EN ÉXTASIS SEXUAL Pero a pesar de que el grupo para muchos era el más irreverente y nefasto, al poco tiempo consiguió el éxito total y se convirtió en una referencia obligada del underground de Los Ángeles. El grupo ocupó el primer lugar en ventas y también en las listas de éxitos. Y lo que Jim nunca llegó a imaginarse: pasó a convertirse en un icono de lo prohibido, tanto para quinceañeras como para hippies. Era extraño pero su irreverencia seducía a los jóvenes, pues su comportamiento en el escenario era también algo fuera de lo común. Salía enfundado en unos pantalones de cuero ceñidísimos y se contoneaba como poseído por un éxtasis sexual. Pero sus fans querían más canciones irreverentes, pues después de sorprender a todo el mundo con “The End” y su ritual de complejo de Edipo, la gente esperaba que Jim montara algún numerito que fuera censurable y prohibido. Y el público aguardaba expectante y asustado, casi deseando que Jim se pasara de la raya. Ciertamente, no era un cantante convencional y, de hecho, nunca se consideró a sí mismo como tal. Si el grupo tocaba una canción que ya no le interesaba, cantaba unas cuantas líneas y paraba, dejándola inacabada. SU BODA, EN UNA CEREMONIA DE BRUJAS Las presentaciones invariablemente terminaban en escándalo, ya sea porque Jim estaba ebrio o drogado y no aguantaba todo el show o porque provocaba a la audiencia. Una vez en New Haven llevó a una chica llamada Pamela Courson detrás del escenario y se casó con ella en una ceremonia de brujas, en la que se incluía drogadicción y toma de sangre humana. Pamela fue la mujer que todos conocieron como su esposa... IMPÚDICO E INMORAL Pero por tanto destrampe, la agrupación comenzó entonces a resquebrajarse. Las continuas borracheras de Jim y el abuso de las drogas hicieron mella en su cuerpo, pasando de ser de un sex-symbol a convertirse en un borracho desaliñado y sucio, pero lo peor sucedió cuando en 1968 empezó a aparecer ante el público borracho o bajo los efectos de la droga, nadie podía adivinar lo que ocurriría. En una ocasión se cayó del escenario, en otra paró de cantar y empezó a contar chistes sin gracia. Pero lo más estrafalario sucedió en abril de 1969, en Miami, cuando se masturbó en el escenario. Los componentes del grupo lo han admitido e incluso Ray Manzarek contó poco después de aquel vergonzoso suceso lo que en realidad sucedió: “Aquella noche Jim se dirigió al público y dijo: ‘Basta ya, aquí no han venido a escuchar música… Ustedes han venido por algo que nunca antes han visto sus ojos, por eso ahora verán lo más grande y potente que hayan experimentado nunca… ¿Qué les parece si les enseño mi pene?’”. Y acto seguido empezó a bailar de un lado a otro con la camisa por fuera, levantándola una sola vez para dejar que el público echara un vistazo a su pene. Después del concierto cayó sobre Jim una orden de arresto, por lo que para evitar ir a la cárcel se fue con Pamela su mujer a Europa. HUYENDO DE ÉL MISMO Harto de ser una estrella del rock y de ser perseguido por la prensa y la policía, se refugió en París, se dejó crecer la barba y engordó unos cuantos kilos. Así resultaba prácticamente irreconocible. Acababa de grabar el disco “L.A. Woman” con los Doors y todos estaban satisfechos con los resultados. El disco tenía gancho, contaba con el tema ya clásico “Riders On The Storm” y el grupo esperaba que Jim volviera de París para empezar a trabajar en un nuevo disco. Pero Jim nunca volvió... ¿CÓMO MURIÓ EL ‘REY LAGARTO’? Apenas tenía 28 años de edad, sin embargo, su cuerpo estaba marchito, su mente antes tan lucida ya padecía los efectos de la droga y desvariaba, parecía no tener ilusiones, ni tampoco deseos de vivir, ni siquiera la música o sus canciones irreverentes lo motivaban para seguir enfadando o complaciendo a sus seguidores. Se estaba autodestruyendo. Aquel viernes 2 de julio de 1971 Morrison acabó por destruir su cuerpo y también su alma. Según la versión oficial, el cantante había regresado a casa aquella madrugada después de asistir al cine y, tras sufrir un ataque de tos que le hizo escupir sangre, decidió darse un baño. Pamela, aunque lo escuchó toser, no le dio mucha importancia y volvió a dormirse. Cuando se despierta a las cinco de la madrugada se llenó de horror al descubrir que Jim se encontraba dentro de la bañera, con los brazos descansando sobre los bordes de porcelana, la cabeza hacia atrás, el pelo largo y mojado enmarañado y una sonrisa infantil en la cara bien afeitada. Al principio Pamela pensó que se trataba de una de sus bromas macabras, pero inmediatamente llamó a la ambulancia y fue cuando el médico le dijo que era demasiado tarde. Eso fue lo que declaró Pamela, pero la verdad sigue flotando en el aire, pues otros aseguran que fue víctima de una fuerte depresión y se inyectó una sobredosis de heroína porque más que vivir deseaba morir, cosa que consiguió precisamente a sus 28 años de edad. Y ahora a 33 años de su muerte se le recuerda con un texto que motivó su inspiración y hasta el nombre de su grupo: “Cuando las puertas de la percepción se despejen, el hombre verá las cosas como son en realidad, infinitas”. |